Cautela
La primera lección que aprendí, a la fuerza se puede decir, es la Cautela.
He escuchado muchas veces que si la Naturaleza hubiese querido que habláramos más que escucháramos, no nos hubiese dado dos orejas y una sola boca.
Cuando se está en una reunión, no es una opción inteligente emitir juicios personales ante personas que no se conocen o no se tienen datos. Antes de una reunión, hay que averiguar todo lo posible sobre las personas que asistirán. Un poco de inteligencia no le viene mal a nadie. Hay que aprender del ajedrez.
He escuchado muchas veces que si la Naturaleza hubiese querido que habláramos más que escucháramos, no nos hubiese dado dos orejas y una sola boca.
Cuando se está en una reunión, no es una opción inteligente emitir juicios personales ante personas que no se conocen o no se tienen datos. Antes de una reunión, hay que averiguar todo lo posible sobre las personas que asistirán. Un poco de inteligencia no le viene mal a nadie. Hay que aprender del ajedrez.
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